Sunday, November 15, 2009








MARCHANTES

¿De qué sirve la urgencia frente a la solidez? inflexible del avance? Ellos, nuestros enemigos, ¿con qué convicción resistirán? En cuanto a nosotros, hemos aprendido a sobrevivir, conocemos a la sustancia cristalina, incesante, casi líquida de la que está hecha nuestra capacidad de resistir. La paciencia es un arte que tarda siglos en ser aprendido.
Ricardo Pliglia

Respiración artificial




¡OH! LA MODERNIDAD. Estoy de acuerdo con Eduardo Lalo cuando concluye, En el Burger King de la San Francisco, que todo pasado es una suerte de traición; que el futuro es hermano mayor de la utopía. El presente nos entretiene la angustia de ese porvenir y de manera sutil nos mortifica con lo ya pasado. El tiempo y su cualidad tridimensional; no podemos vernos de cuerpo entero en este aquí y ahora.
¿Desde dónde, entonces, la resistencia? Con estas herramientas: este presente hay que bregarlo con las armas que se nos han entregado.


EL SOL DEL 15 DE OCTUBRE. Participé en el movimiento del 15 de octubre. Luego de la resaca de júbilo, sugerí que todo bien, pero adolecemos de incongruencia al organizarnos. Critiqué el que llegáramos por ramilletes; como por filtración y no en una masa compacta, marchante. Es decir, le resté importancia a la pasión, concentrándome en cosas banales de momento, como: debemos de intimidar a la policía; estamos dispersos…
Debo admitir: estuve equivocado. Esa marcha tendrá repercusiones, hondas. Es necesario apuntar aquí que todo esto arrancó –qué paradoja– con un huevo. Gracias a TIPO COMÚN, el sueño de Hermes Ayala, de que Puerto Rico viviese un día de anarquía, pudo ser acariciado. De ahí que miles –y el número pesa– de puertorriqueños amantes del pub, la quiniela y el manoseo telemundo, se desplazaran –aquí lo importante no es la marcha sino la idea de traslación; el acto, no el hecho– hasta el mausoleo del capitalismo –cerrado, por seguridad; como la universidad–, para decir Mera, tú sabes que yo también creo que sí, que el tipo este es un cabrón.


REUNIÓN DE ESPEJOS. Los puertorriqueños se vieron marchar. En las mismas pantallas que nos entregaron a Jorge Ramos cuestionando al señor gobernador con comerciales y promesas de la propia campaña. Allí, el resto pudo confirmar lo que la inteligencia boricua comenta a viva voz en los cafés, librerías y tiendas de cosméticos: Este joven no sabe lo que está haciendo. Le están llegando órdenes del puño y letra de otros intereses, mayores. ¿La propuesta? Buscar fuerzas en esa marcha; en ese huevo; hasta en la pelea de Cotto y Paquiao o American Aidol. Seguir, seguir marchando, en nuestras mentes, hacia dentro de nosotros mismos; con lo que tengamos en la mano; marchar, puertorriqueñas, antillanos, machar.

RESPETO. Debemos marchar hacia el centro de nuestra noche más íntima. Todos, caribeños, marchar con un paso certero, tan estridente, que pulse –amordazado, furioso– el gran mapa de nuestro cuerpo. Pasarlo a nuestros amantes; educar a nuestra infancia como soldados; guerreras. Mi deseo es el RESPETO para esta isla –ni siquiera voy a detenerme en mencionar libertá, patria, independencia– más bien, empecemos por RESPETO. Ese deseo, ese fervor, debe propagarse como mala noticia, como enfermedad. Porque ese amor propio de los puertorriqueños –todas, todos¬– debe meterse en este gobierno como un cáncer. Nos están almorzando… debemos madrugarles. ISOLA DE CÁNCER. EMETERIO DE GONCALVES.

MARCHAS… HUEVOS. Él tiene un lado vulnerable. Ha que dado expuesto. Ahora, hay que hacerlo renunciar. Sigamos marchando como guerreros; soldadas deseosas de una idea, de un fervor. Mientras, por ahora: RESPETO, sólo eso… por ahora.


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